Novelas Plurales

Novelas Plurales: La alambrada, Olga y la ciudad, Actores sin papel, Noticias del fin del mundo.

«Mientras algunos se obstinan en destruir, unos pocos nos empeñamos en seguir creando»

26 de enero de 2010

Aurora. LA CONCIENCIA DE LA SOCIEDAD

La conciencia de la sociedad

Sólo Spanair te compensa con un billete si se retrasa tu vuelo, y lo mantenemos incluso en verano. Para la prolongación del gaseoducto, las excavadoras desmontaban dos kilómetros en vía recta, abrían una zanja de tres metros de profundidad. Hola, señor Castor, ¿qué hay que hacer para tener los dientes tan fuertes? Arrancaban encinas centenarias desde la raíz y una grúa las iba arrojando al remolque de la serrería. Como peatón, eres el elemento más frágil y vulnerable del tráfico. Dejó el desayuno preparado para los niños y a primera hora de la mañana se sentó en el tronco de una de las encinas derribadas y se esposó a una rama. Aunque obligó a paralizar las obras, y aunque nunca había tenido tantas cámaras y tantos micrófonos tan cerca, la primera norma del peatón es el sentido común. ¿Saldría guapa? Ni sonaba como un diésel, ni aceleraba como un diésel. ¿Y si sentía ganas de orinar? El Renault Laguna dCI tiene el brío de un motor de gasolina. Eso no debía importarle ahora. El peor momento para dudar, quizá no estuviera haciendo lo correcto, otras personas podían saltar más alto, correr más rápido, ser más fuertes. El beneficio de Sol Meliá cayó un 93 % en el primer semestre y ella se llamaba Luisa, pero era una más de la asociación ecologista, una más. Hubiera querido salir corriendo. Decenas de miles de melómanos peregrinaban cada año al exclusivo festival de Bayreuth, estaba segura de que no habría acudido un solo periodista si no fuera por su gesto. Las encinas ya se encontraban allí cientos de años antes de que se urbanizara la comarca y allí debían continuar. Ahora Cameron Díaz se lo toma en serio, ha llegado el momento de la verdad y ella lo sabe, la frase que tanto había preparado, la tenía en la punta de la lengua y sentía unos deseos enormes de echarse a llorar. Un argelino había aparecido muerto en los calabozos de la comisaría Centro. Somos la conciencia de la sociedad. El eje del curso de Magris en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo era la novela. ¿Había vocalizado bien? Expresión por excelencia del mundo moderno, estaba condenada a desaparecer tal como se la había concebido hasta el presente. Somos la conciencia de la sociedad, repitió para sí. A lo peor la había pronunciado demasiado rápido. Un primer plano de sus mejillas humedecidas por las lágrimas. La idea de utilizar un pueblo para probar estrategias de mercado extrapolables a todo un país no estaba bien planteada. Después de todo, pensarían que se había emocionado, cuando la verdad es que la consumían los nervios. Como Endesa y tú, iluminamos tu vida; el monstruo que escupe fuego y tiene cinco brazos, derrotado por una simple luz. El retrato de Manuel Azaña en una imagen de archivo. Fue la esperanza de una España reconciliada con la modernidad, que acabó dividida en una guerra entre hermanos. «Después de las guerras de los grandes vendrán las guerras de los pigmeos», profetizó Winston Churchill. Depósito a un mes 7 % T.A.E. ¿Quién ha dicho que es la conciencia de la sociedad? ¿Quién prefieres que trabaje este verano, tú o tus ahorros? Tenía que acordarse de comprar un vídeo para grabar el programa. Las cosas más hermosas son a veces las más feas. Y viceversa. Óscar Mayer: no subestimes el poder de una salchicha.

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Este relato está incluido en el volumen Aurora
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