Desde hace algunos meses el abuelo ha perdido definitivamente la cabeza. Ya había dado muestras de senilidad en los últimos años: pasaba las noches recorriendo el pasillo de un extremo a otro, desvelado, olvidaba el nombre de la abuela, de su hijo, de sus nietos, dónde había dejado las gafas, qué había hecho aquel mismo día por la mañana.El relato completo está incluido en el volumen Aurora
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