¡Ya
no me podrán detener! Y podré estar otra vez al lado del pueblo, si de nuevo se
lanza a la calle y le fuerzan a luchar.
Miro el cielo hacia el
lado donde está París.
Es
de un azul frío, salpicado de nubes rojas. Parece un enorme blusón empapado de
sangre."
El insurrecto, Jules Vallès